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Al decir
que sobre una realidad se ha construido una leyenda, se
refiere a la unión de hechos exagerados e incluso falsos que
tienen su apoyo en hechos verdaderos. Y la expresión leyenda
negra significa la opinión negativa que se tiene de algo o
alguien.
¿Cuales son
los hechos verdaderos de la Inquisición? Se trató de un
tribunal que juzgaba las creencias y actuaciones de las
personas con respecto a la fe que decían profesar. El
proceso judicial se hacía conforme a la práctica de aquella
época, que incluía el terrible método de la tortura.
Y ¿cuales
son las exageraciones de la leyenda negra de la Inquisición?
Las exageraciones hacen referencia las cifras de las
víctimas (ya se ha hablado de eso en otro apartado) y a los
brutales métodos de tortura que se utilizaban para obtener
la confesión del acusado.
Estas
exageraciones son alimentadas por el morbo de la gente, la
falta de rigor histórico en el estudio de esta cuestión,
algunos medios de comunicación que repiten lo de siempre. Y
como no, el posible beneficio económico que se pueda
desprender de mantener esta leyenda. |
A los
que defienden y fomentan la leyenda negra, les
encanta enseñar sofisticados e increibles métodos de
tortura |
A este
respecto nacen los museo de la Inquisición. Existen museos de la Inquisición en algunas poblaciones
americanas y españolas. Unos son más conocidos que otros. Al
realizar este estudio hemos visto que son bastantes las
ciudades que tienen uno de estos museos en donde se
presentan los métodos e instrumentos de tortura empleados
por la Inquisición. Son destacables los museos de Lima,
Toledo, Santillana, Córdoba, Madrid, Sevilla, etc.
En el
estudio de las Actas de los procesos inquisitoriales (se
conservan todos) se demuestra que en muy
pocas ocasiones la Inquisición recurría a la tortura, muchas
menos de lo habitual en aquel tiempo. En unos de los
"manuales" que empleaban los inquisidores se decía que
en caso de usarse la tortura, ésta no podía derramar sangre
ni causar daños permanentes al acusado.
"El tormento no es un medio seguro de
conocer la verdad. Hay hombres débiles que, al primer dolor,
confiesan incluso los crímenes que no han cometido; en
cambio hay otros, más fuertes y obstinados, que soportan los
mayores tormentos".
"Manual de Inquisidores" escrito por el Gran Inquisidor
catalán Eymerich en la segunda mitad del siglo XV.
Los
instrumentos que se encuentran en los museos no son los que
solían usar los tribunales locales, sino que han sido
comprados en anticuarios y coleccionistas. Esos instrumentos
se exponen de forma macabra, y exageran las lesiones que causaban en los torturados.
Por ejemplo muchas de las escenas que muestran los museos provocaban grandes
pérdidas de sangre, cuando existía una regla de la
Inquisición que prohibía derramar sangre ni causar daños
permanentes.
Muchos
instrumentos de estos museos pertenecen a la tortura civil, pero son
presentados como instrumentos inquisitoriales. Además, los
más impactantes son falsificaciones del siglo XIX.
Un ejemplo
de esto es “la doncella de hierro”, un sarcófago con forma
de mujer y clavos interiores que hacía desangrarse al
torturado lentamente. Este modo de tortura no cabe en la
Inquisición, pues como he mencionado anteriormente no se
podía derramar sangre.
La
Doncella de hierro más que un instrumento de tortura
es un instrumento de ejecución, ya que es imposible
salir vivo. |
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Otro instrumento famoso es el potro, que sí se usaba
en la Inquisición, pero en los museos se muestra con
modificaciones y exageraciones, como pueden ser púas
de gran tamaño capaces de provocar heridas
irreversibles e incluso la muerte en cuestión de
segundos. El potro que se utilizaba en las torturas
inquisitoriales consistía en atar al acusado por las
extremidades y tirar de ellas en sentido contrario,
y lo máximo que podía provocar eran dislocaciones
(lo cual ya es suficientemente grave y reprobable).
El
Potro modificado con púas. |
La mayoría
de los visitantes de los museos de tortura no acuden para
informarse de la historia, sino para recrearse de un modo
enfermizo, y sentir la cruel y espeluznante emoción que
provoca un instrumento tan exagerado. Los visitantes no
comprueban la autenticidad de lo mostrado en las
exposiciones. Los museos parece que prefieren impresionar al
visitante antes que mostrar con fidelidad los medios de
tortura inquisitoriales.
La tortura
inquisitorial era más moderada y mucho menos cruel que la
utilizada por los tribunales civiles, por ello estos museos
deberían llamarse “Museos de la Tortura”, pero no “Museos de
la Inquisición”.
Quizá, lo
más grave es el dar publicidad a estos falsos métodos de
tortura como hacen algunos medios de comunicación. En este
estudio hemos encontrado un artículo del periódico ABC en
donde se relata pormenorizadamente todos los instrumentos de
tortura que falsamente utilizó la Inquisición. Pero también
hemos encontrado, en el mismo periódico, otro artículo en
donde se dice lo contrario. No se sabe si es mejor la
mentira o el "una de cal y otra de arena" para contentar a
todos.
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