Dpto. Religión

4º ESO

Curso 2008/09

AÑO 1793   /   EVANGELIZACIÓN DE ÁFRICA

Álvaro Martínez-Elósegui

                                                                                                                

Durante el siglo I  -  Siglos VII-XIV  -  El caso de Etiopía  -  Siglos XV-XVII  -  Siglo XIX y XXX  -  La Iglesia en el África actual

 

Durante el siglo I

La cristiandad en África no es una experiencia reciente ni tampoco un producto del colonialismo: sus raíces se ahondan en la era Apostólica. De hecho, en el Nuevo Testamento se indican contactos con África: la Sagrada Familia se refugia en Egipto; ayuda a llevar la cruz de Jesús un hombre de Cyrene, probablemente de los judíos establecidos en lo que hoy es Trípoli; Felipe convierte y bautiza al eunuco de la reina (Candace=reina) de Meroe (reino antiguo de lo que hoy es Sudán). Es posible que S. Tomás misionase en Egipto y Libia antes de pasar a la India y que S. Marcos Evangelista fundase las Iglesias de Alejandría.

Poco a poco, el cristianismo se extendió por Egipto y el norte de África. En Alejandría se conoce al obispo Demetrio (189-232) y a sus contemporáneos Panteno, Clemente y Orígenes, fundadores de la Escuela Catequética. Los egipcios dan un notable contingente de mártires en el año 202 y a finales del siglo III y principios del IV, cuando ya los cristianos en Egipto pasan probablemente del millón. Además, en Egipto proliferó extraordinariamente la vida monástica. En las controversias teológicas de los siglos IV y V, Egipto juega un papel importante.

Sabemos que en el año 180 son martirizados 12 cristianos y que en el año 220 hay de 70 a 90 obispados, que pasan de 250 a fin del siglo III (hay que tener en cuenta que probablemente se nombraba un obispo para cada comunidad, aun en las aldeas). Figuras eminentes de la Iglesia norteafricana son Tertuliano (ca. 155-220), S. Cipriano (ca. 210-258) y S. Agustín (354-430). En las persecuciones (180-305) encontramos innumerables mártires.

Siglos VII-XIV. El Islam se extiende por todo el norte de África ya desde el siglo VII. Sin encontrar prácticamente resistencia, excepto en Etiopía, ocupa toda la parte norte de África hasta el Sahara y se extiende por las dos costas Atlántico e Índico hasta la selva tropical y Mozambique, respectivamente, formando la media luna geográfica sobre el continente africano.

Durante toda la Edad Media queda cerrado el paso a la propagación del cristianismo en África, donde sólo subsisten aparte de Etiopía cuatro clases de pequeñas comunidades.

Desde principios del siglo XIII los franciscanos tratan, sin éxito, de misionar en el Norte del continente. Desde 1222 también trabajan los dominicos. En el mismo siglo XIII S. Raimundo de Peñafort, funda colegios para estudios de las lenguas no cristianas, en especial del árabe.

 El caso de Etiopía

Cuando Cartago, que fue el último bastión cristiano en el Norte de África, cayó en un ataque de los árabes en el año 697, el Rey Mercurio asentó su autoridad en Nubia estableciendo un reino cristiano que se extendió desde Assuán al Nilo Azul. Cuando este reino sucumbió a los ataques de los turcos islamitas en 1270, hubo un renacimiento de la Iglesia Etíope, ya con 900 años de existencia. La restauración de la dinastía de Salomón bajo Ykumo Amlak y las reformas religiosas de Takla Haymanot, el gran padre del monaquismo Copto, trajo nueva vida a este singular reino cristiano. Hubo una cultura cristiana floreciente en las montañas de Etiopía, semejante a la de la Europa medieval, hasta que una gran parte fue destruida en la guerra santa del Islam, en 1527.

Pero a partir de esta fecha ya hubo otro rey que llevo la antorcha de la fe: Alfonso, rey del Congo, el primer cristiano al sur del Sahara. Durante 20 años, trabajó incansablemente por crear un reino cristiano, y en 1526, junto con su hijo, el Obispo Henry, organizó un programa de evangelización, para llevarlo a todas las provincias de su reino. Durante más de 300 años, sus sucesores tuvieron contactos con Roma; durante siglo y medio, llamaron a 450 capuchinos a su país.

Siglos XV-XVII. En las Canarias, colonizadas en 1402, trabajan misioneros franciscanos protegiendo los derechos de los guanches. Se dice que en 1476 las cuatro islas mayores se habían convertido al catolicismo.

Los sistemáticos descubrimientos del príncipe Enrique el Navegante llevan en sus naves misioneros, como los franciscanos que llegan con Diego Cao al Congo (1484) donde empieza una rápida y espectacular conversión al catolicismo.  A la evangelización del Congo sigue una evangelización rápida y superficial de las regiones de la Costa Oriental (sobre todo de Mozambique) y de Madagascar. En 1493 Alejandro VI confiere a los reyes de España y Portugal un derecho de «patronato» sobre las misiones en zonas de influencia de cada uno de los dos países.

Varias tentativas de misión en las costas del África. occidental que fracasan, sobre todo por las continuas muertes de los misioneros. Capuchinos y jesuitas tratan de dar nueva vida a la misión del Congo, pero sin resultados suficientes y duraderos. Mozambique progresa temporalmente, siendo erigido en vicariato apostólico, dependiente de Goa, en 1612.

Siglo XIX y XX. Es el siglo de la reorganización definitiva y completa de las misiones en África y de la creación de sociedades misioneras especializadas, y las obras de auxilio a las misiones. De las primeras, las más importantes son: La Congregación del Espíritu Santo; los Padres Blancos y las Hermanas Blancas; las Misiones Africanas de Verona (Combonianos).

El tráfico de esclavos va decreciendo hasta casi desaparecer en las costas del Atlántico, pero crece desmesuradamente en las costas orientales, con ramificaciones hasta el mismo centro de Á. Misioneros y exploradores van abriendo camino hacia el interior del Continente. De los primeros, los más importantes son los Padres Blancos en el norte y Livingstone en toda la mitad sur. Unos y otro hacen gran campaña en Europa en contra del tráfico de esclavos.

En 1868 los Padres del Espíritu Santo crean en Bagamoyo (actual Tanzania) la primera misión del África oriental. Diez años después llegan allí los Padres Blancos y los jesuitas, que pasan a Uganda, donde existía una misión anglicana desde cuatro años antes: de 1885 a 1889 anglicanos y católicos mezclarán su sangre en los martirios de Uganda. Son precisamente los años en los que se consuma el reparto teórico de toda África (excepto Etiopía) por los países europeos.

La Santa Sede va creando vicariatos apostólicos y favoreciendo a las sociedades misioneras y a las Obras de auxilio a las misiones (Propagación de la Fe, Santa Infancia, S. Pedro Apóstol) que elevará a Obras Pontificias entre 1922 y 1929.

En 1900 África cuenta con 61 territorios eclesiásticos y medio millón de católicos. La legislación laica de Francia y la I Guerra mundial empobrecen las misiones africanas en personas y en recursos. Pero la Iglesia va prosiguiendo la transformación de las misiones en diócesis, etc., autónomas, formando clero.

En 1930 se consagra un obispo etíope católico y en 1939 se consagran dos obispos negros en Uganda y en Madagascar; cuatro nuevos obispos africanos en 1952 y a la apertura del concilio Vaticano II habrá ya 58 obispos africanos y su número crece cada vez con mayor rapidez. A fines de 1969 hay en África 135 obispos africanos (de un total de 325), 32 arzobispos (de un total de 46) y cinco cardenales.

La Santa Sede da directrices concretas sobre los problemas africanos, especialmente en tres documentos: encíclica Fidei Donum (1957), enc. Populorum Progressio (1967) y el mensaje Africae Terrarum, Carta a la jerarquía y a todos los pueblos del África (1967).

La Iglesia en el África actual. La expansión del cristianismo en África ha sido espectacular. El medio millón de católicos de 1900 se ha convertido hoy en más de 30 millones.

En conjunto, la labor misionera en África ha sido prodigiosa: enseñanza, promoción del africano a la cultura europea, siembra de las ideas de igualdad y fraternidad entre todos los hombres hijos del mismo Padre, ideas que han conducido a la independencia de los Estados africanos; de las escuelas y seminarios de los misioneros salieron los líderes de las independencias y la mayoría de los actuales dirigentes. Contra la opinión común, y contra lo ocurrido en casos particulares, esta labor se ha realizado actuando valientemente, cuando así era necesario, ante los mismos poderes coloniales y en defensa de los derechos del africano.

Bibliografía

Enciclopedia Salvat

Enciclopedia GER