Dpto. Religión

4º ESO

Curso 2008/09

AÑO 1633   /   PROCESO A GALILEO

Junior

                                                                                                                

 

No debe haber episodio más utilizado, junto con las Cruzadas, para criticar a la Iglesia Católica que el caso de Galileo Galilei. Veamos qué sucedió realmente, cómo fue el proceso, por qué se lo condenó y a qué se lo condenó.

Galileo Galilei (Pisa, 1564-Florencia, 1642

Galileo nació en Italia en la ciudad de Pisa en 1564 y murió en Florencia en 1642. Su familia quería que fuera médico pero desde muy joven se inclinó por la filosofía natural y en este campo su gran mérito fue combinar la experimentación con el cálculo matemático.

Un rasgo característico de su personalidad era su vehemencia en las discusiones que no contento con refutar a sus adversarios trataba de confundirlos e incluso los ridiculizaba despiadadamente. Al respecto Sir David Brewster dijo que "La audacia, cuando no la imprudencia, con la que insistía en convencer a sus enemigos en general sólo lograba alejarlos de la verdad.” Este rasgo es necesario tenerlo en cuenta porque fue una de las causas por las que tuvo tantos problemas.

Vale la pena destacar que todo el mundo lo recuerda como astrónomo, pero no es esa el área de la ciencia en la que se destacó. Sus principales aportes al conocimiento científico fueron en la mecánica. En astronomía su gran aporte fue la invención del telescopio, pero en este campo sus descubrimientos no fueron completos o libres de errores, como por ejemplo al afirmar que los planetas Venus y Mercurio eran trasparentes y que la luz del sol pasaba a través de ellos. O pensar que los cometas eran sólo fenómenos meteorológicos.

Sus problemas empezaron cuando comenzó a defender las teorías de Copérnico.

Es innegable que las pruebas que Galileo aducía para probar la idea copernicana del movimiento de la tierra alrededor del sol estaban muy lejos de ser concluyentes. Por ejemplo, una de las pruebas que presentó era el fenómeno de las mareas, ya que pensaba que se debían a la rotación de la tierra sobre su eje y hoy esto se reconoce como un grave error, porque se sabe que se deben a la influencia de la luna, idea que había sugerido Kepler, idea que Galileo trató con desprecio, calificando de imbéciles a los que pensaban de esa manera.

 Los opositores de Galileo estaban firmemente convencidos, al igual que Bacon y otros, que la teoría de Galileo era falsa y no científica, lo cual en cierta medida es cierto ya que no tenía pruebas suficientes que la avalaran.

El proceso tuvo lugar en dos fases: 1615 y 1633.

En 1615 es citado por la Inquisición quien le dice que su teoría no es científica y que va en contra de las Escrituras y se le condenó a no enseñar las ideas de Copérnico.

Es innegable que estas autoridades eclesiásticas cometieron en esto un craso error. Pero hay que señalar que no se objetó que se la sostuviera como una hipótesis y se decía que por motivos prácticos podía ser utilizada por los astrónomos. Vale la pena destacar que las autoridades de la Iglesia no consideraban este juicio como irreversible y el Cardenal Bellarmino, una de las autoridades más influyentes en el Sacro Colegio, escribió a Foscarini, un carmelita que apoyaba las tesis de Galileo, este párrafo tremendamente significativo: "Afirmo que si se encuentra una prueba real de que el sol está fijo y que no se mueve alrededor de la tierra, sino que es la tierra la que gira alrededor del sol, entonces será necesario, muy cuidadosamente, proceder a explicar los pasajes de la Escritura que parecen contradecirlo y deberíamos decir que nosotros los hemos malinterpretado antes que decir que es falso lo que está demostrado.”

Galileo pudo continuar sus investigaciones sin ser molestado y sus trabajos podían ser leídos con permiso por los dedicados a la investigación.

Vuelve a Roma en 1624 donde él mismo dice que recibió "una noble y generosa recepción” El Papa, en ese entonces Urbano III, era amigo de él al igual que el Cardenal Barberini que se había opuesto a su condena en 1616. Le conceden una pensión para que continuara sus estudios pero no se anuló su condena.

Publica una obra que es un diálogo entre dos partidarios de sus teorías y uno que defiende la vieja teoría de que la tierra no se mueve. Se trataba de una sátira y este último personaje es dejado en ridículo.

Es entonces nuevamente citado por la Inquisición en 1633, ya que había violado su promesa de no escribir más sobre el tema hasta que aportara pruebas concluyentes.

Por desgracia faltó penetración por una y otra parte, y prudencia por la de Galileo, que, en lugar de limitarse a presentar sus opiniones como hipótesis, las continuó propagando presentándolas como una verdad absoluta, que, sin embargo, no podía aún probar concluyentemente.

Proceso de la Inquisición

 El Santo Oficio sigue el criterio de que, en la ausencia de demostraciones concluyentes, no se debe difundir y propagar lo que va contra una tradición establecida, y condena a Galileo.

Se lo condena a prisión y a recitar los siete salmos penintenciales una vez por semana durante tres años. No vayamos a pensar que fue encarcelado en oscura celda. En manos de la Inquisición estuvo sólo 22 días y no en una celda con barrotes, sino en un cómodo apartamento del Santo Oficio. Luego se le permitió usar las casas de sus amigos para cumplir su condena, por ejemplo el palacio del Arzobispo de Siena que lo apreciaba mucho. Nunca fue torturado ni se lo dejó ciego: perdió la vista 4 años después del proceso. Murió en el 1642 a los 78 años. Tampoco se le negó sepultura en un lugar sagrado: fue sepultado dentro de la Iglesia de la Santa Croce en Florencia. El Papa Urbano VIII, aunque no permitió que se levantara un monumento sobre su tumba, le mandó una bendición especial y tuvo además indulgencia plenaria.

Un hecho llamativo es que se autorizó a varios contemporáneos de Galileo, después de la condena de 1616, a declarar que el Papa no había condenado explícitamente las teorías de Copérnico que defendía Galileo. No es la Iglesia como institución la que condena a Galileo sino la Inquisición y en esta condena, que por supuesto fue un gran error, mucho tuvo que ver su personalidad soberbia y despreciativa que aprovecharon muchos de sus enemigos para obtener su condena.

Urbano VIII no firmó la condena de Galileo

Noticia de Prensa - EFE.- Con motivo de los 400 años despùés de Galileo el Vaticano planea reeditar las actas del proceso a Galileo Galilei para recordar que el entonces Papa, Urbano VIII, nunca firmó la condena de la Inquisición al científico italiano. Así lo aseguró hoy el presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, Gianfranco Ravasi, en la víspera del congreso "La ciencia, 400 años después de Galileo Galilei. El valor y la complejidad ética de la investigación tecnológico-científica contemporánea", que comenzará mañana en Roma.

El hecho de que la sentencia no fue firmada por el Papa "es un dato histórico poco conocido", añadió el presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, quien recordó que el Vaticano participará en el "Año de Galileo", que se celebrará en 2009 con motivo del 400 aniversario de la construcción del primer telescopio por el científico italiano.

El 31 de octubre de 1992, cuando se cumplían los 350 años de su muerte, Juan Pablo II lo rehabilitó solemnemente y criticó los errores de los teólogos de la época que dieron pie a tal condena, sin descalificar expresamente al tribunal que lo sentenció.

Bibliografía

Enciclopedia GER

Aciprensa.com