Dpto. Religión

4º ESO

Curso 2007/08

AÑO 1274  /  CONCILIO II DE LYON: UNIÓN DE LOS GRIEGOS.

Fernando Goena

                                                                                                                

 

Introducción  -  Participantes -  Temas tratados  -   Bibliografía

 

 

Introducción

El Segundo Concilio Lugdunense se organizó en la catedral de Lyon (Francia) entre el 7 de mayo y el 17 de julio de 1274.

Está considerado por la Iglesia católica como el XIV Concilio Ecuménico, y el sexto de los celebrados en Occidente.

Los temas principales que fueron tratados en el concilio hicieron referencia la unión con la Iglesia Ortodoxa y el sistema de elección papal.

Gregorio X

 

Participantes

La participación por lo general fue muy numerosa, sin embargó; no superó los números elevados del de Letrán.

Fue convocado en 1272 por el Papa Gregorio X. El concilio se desarrolló en seis sesiones a las que asistieron unos quinientos obispos, sesenta abades y más de mil prelados o sus procuradores entre los que destacaron San Buenaventura que falleció durante unas de las sesiones. En cambio, no pudo intervenir uno de los santos mas inteligentes y reconocidos de toda la historia, santo Tomás de Aquino, que falleció mientras viajaba al concilio.

También estuvieron presentes Jaime I de Aragón, el embajador del emperador Miguel con miembros del clero griego, y los embajadores de los reyes de Alemania, Inglaterra, Escocia, Francia, Sicilia entre otras monarquías, que por primera vez aparecían representadas por como tales en un concilio ecuménico.

Fue trascendental  la presencia de los embajadores del Khan de los Tártaros cuyo reino, que está situado a espalda del Islam.

Temas

 - Unión ortodoxa

El Concilio celebró sus sesiones el 18 de mayo, el 7 de junio, el 6 de julio, el 16 y el 17 de julio de 1274. Fue en la sesión del 6 de julio cuando se realizó la unión con los griegos. El Emperador Miguel Paleólogo había dado instrucciones muy precisas a su delegación con el fin de restablecer la comunión entre las dos iglesias. Los motivos que él tenía no sólo eran religiosos sino que también había razones políticas. De hecho, lo contencioso no fue estudiado a fondo, y los delegados del Basileus aprobaron sin discusión real la profesión de fe que se les había presentado y que contenía el reconocimiento del primado del Papa, el principio de la apelación a Roma como recurso supremo en materia eclesiástica, la mención del nombre del Sumo Pontífice en la liturgia.

Aceptaron la fórmula de los latinos sobre la procesión del Espíritu Santo, es decir, la adición en el Credo del Filioque. En este mismo día, el 6 de julio, cantaron en la misa solemne el Credo en griego y en latín con esta fórmula. Sin embargo, consiguieron, después de haber indicado que consideraban esta fórmula perfectamente legítima, mantener la formulación anterior de su Credo. El único elemento positivo, del que en el siglo siguiente el card. Bessarion sacará el argumento definitivo en favor de la unión, fue que en el can. I se recordaba que los padres griegos y latinos habían enseñado la misma doctrina sobre la procesión de la tercera Persona de la Trinidad. Sin embargo, este decreto de unión no iba a ser duradero, pues el episcopado bizantino, muy reticente desde el principio, no lo aceptó, pensando que la delegación enviada por el Basileus había sido poco representativa, y poco serias las discusiones que habían tenido lugar sobre lo contencioso que separaba a los griegos y a los latinos. Además, el Papa no prestó al Basileus el apoyo suficiente que éste esperaba y el Concilio de Unión no tuvo ningún efecto en la realidad.

Se procedió a dar normas para la elección del Papa

- Sistema de elección papal

Si el aspecto principal del Concilio fue la unión de los griegos con la Iglesia católica, hubo otros aspectos que, aunque fueron menos espectaculares, no por eso fueron menos importantes.

 El 1 de noviembre 1274, tres meses después de la clausura del Concilio, Gregorio X promulgó la colección de los 31 cánones que la asamblea había adoptado. El canon 2 revestía una gravedad particular, porque determinaba los detalles de la elección pontificia y acentuaba la rigidez de la clausura de los cónclaves. Excepto algunas modificaciones de detalle, este canon permanece todavía en vigor. Preveía que diez días después de la muerte del Sumo Pontífice, los cardenales se reunirían para elegir al sucesor en un lugar totalmente separado del mundo exterior. Para evitar que la sede estuviera vacante durante demasiado tiempo, se había prescrito que si no habían hecho la elección al cabo de tres días, no recibirían nada más que un plato a mediodía y por la tarde. Cinco días más tarde, el plato único sería reemplazado por pan, vino y agua. Además, estaba previsto que durante la duración del cónclave no percibirían las rentas que sacaban de la Sede durante la vacancia. De este modo se tomaron todas las disposiciones materiales para acelerar la elección, pues Gregorio X se acordaba del interregno de tres años que había precedido a su propia elección.

 

 Bibliografía

Gran Enciclopedia Rialp

Wikipedia