Célebre
por haber suprimido los templarios. Tras un cónclave difícil,
reunido en Perusa, que duró más de 11 meses, fue elegido papa el
arzobispo de Burdeos, Bertrand de Got (5 junio 1305), que tomó el
nombre de Clemente V. Fijó la ceremonia de su coronación en Vienne,
en tierras del Imperio; pero, a instancias de Felipe I V el
Hermoso, se celebró en la iglesia de SaintJust, de Lyon, en tierra
francesa, ante la presencia del referido monarca (14 nov. 1305).
Clemente V nacio en Villandraut, cerca de Burdeos, en fecha
desconocida y murió. en Roquemanre (Gard) el 20 de abril de 1314.
Estudió Derecho canónico y civil en Orleáns y Bolonia, fue obispo
de Comminges (1295) y arzobispo de Burdeos (1299). Durante los
cuatro primeros años de su pontificado no tuvo residencia
permanente. |
|
En 1309 se estableció en Aviñón, iniciando la mal llamada
cautividad de Babilonia o destierro aviñonés. Varias veces
prometió trasladarse a Roma; pero comenzó por aplazar el viaje y
acabó por olvidarlo.
Personalmente, era inteligente e intachable, pero débil de
carácter e inclinado a soluciones de compromiso. Los cronistas
contemporáneos le acusaron de simonía, aunque, al parecer, sin
fundamento. En cambio, cayó en un nepotismo exagerado. Un mes
después de su coronación, reintegró en el Sacro Colegio a los
cardenales Colonna y creó 10 nuevos cardenales; de ellos 9
franceses. Así, los italianos quedaron en minoría. Al fin de su
pontificado, el Colegio cardenalicio constaba de 24 miembros, de
los cuales sólo seis eran italianos. Presionado por Felipe IV el
Hermoso, suprimió la Orden de los templarios en el concilio de
Vienne, ordenando que sus bienes se agregasen a la Orden de los
hospitalarios, excepto en Aragón, Castilla y Portugal; pero se
resistió tenazmente a condenar como hereje a su antecesor
Bonifacio VIII.
Clemente V prosiguió la codificación del Derecho canónico,
compilando las Clementinas, fomentó los estudios superiores, se
preocupó de la formación de los misioneros y dio un gran impulso a
la expansión en el Próximo y en el Extremo Oriente. Nombró a Juan
de Montecorvino arzobispo de Pekín y le señaló otros siete obispos
que le consagrasen y ayudasen, pero sólo tres llegaron a su
destino, acompañados de varios religiosos. Hacia 1314 los
franciscanos poseían en China unos 50 conventos.
Bibliografía
Gran Enciclopedia Rialp
|