Exposición
de los hechos;
Decreto Lamentabili
sane exitu;
La encíclica Pascendi;
Bibliografía
¿Qué es una encíclica?
La palabra viene del latin “encíclica”.Significa carta o misiva que
dirige el Papa a obispos o fieles; en ella se expone la doctrina
de la iglesia en puntos concretos.
Una encíclica normalmente se escribe en latín y toma el nombre de sus
palabras iniciales.
En el caso de la encíclica Pascendi, se escribió para corregir unos
errores que se estaban extendiendo dentro de la Iglesia sobre
algunas creencias que para la Iglesia son fundamentales, por
ejemplo que Jesucristo es Dios. Estos errores los extendían los
que formaban parte de una filosofía modernista.
Exposición de los hechos.
No
sería comprensible la crisis modernista, sin tener presente la
generalización del racionalismo y del agnosticismo en el
pensamiento occidental, a partir de Kant. Tal pensamiento
había ejercido un fuerte influjo sobre la teología
protestante, de modo particular en Alemania, donde se
encontraba el centro de las nuevas corrientes filosóficas,
dando lugar al llamado protestantismo liberal que acabó
negando la inspiración de la Sagrada Escritura, los milagros y
profecías, la divinidad de Cristo; y presentando la Biblia
como una simple colección privilegiada de experiencias
religiosas. Estas ideas habían de ser difundidas en el resto
de Europa por A. Sabatier.
Para Sabatier, la esencia del cristianismo reside «en una
experiencia religiosa, en una revelación íntima de Dios obrada
por primera vez en el alma de Jesús de Nazaret, que se
verifica y repite, sin duda menos luminosa, pero claramente
reconocible, en el alma de todos sus verdaderos discípulos».
Para este autor es preciso, sin embargo, distinguir esas
experiencias vitales de las explicaciones teológicas y dogmas
que de ellas se han deducido. De este modo, los dogmas no
serían -para Sabatier- más que la transposición de emociones
«en una noción intelectual que se constituye en su imagen
expresiva y su representación», es decir, sería el elemento
variable y sujeto a cambio. En este clima intelectual surgió
el modernismo. |
S. Pío X |
Los
hechos fundamentales son los siguientes. En 1875 se había fundado
el Instituto Católico de París, en el que se creó una Escuela
Superior de Teología el año 1878. En torno a este centro, un grupo
de pensadores, sacerdotes y algunos laicos, preocupados por la
situación de la cultura eclesiástica, se propusieron elevar su
nivel, con la ayuda de las ciencias profanas y apoyándose en la
filosofía poskantiana.
Comienzan a aparecer libros y revistas que difunden estas ideas
que pronto dieron lugar al nacimiento de errores doctrinales.
En
1902 este movimiento de ideas estalló en crisis. Había mediado un
periodo de incubación, durante el cual -sin que dejaran de
despertar inquietudes- este conjunto de hombres contaron con la
general simpatía de muchos espíritus, deseosos de un progreso de
la teología. Ocasión definitiva para la crisis fue L'Evangile et
1'Eglise (París 1902) de Loisy, obra que produjo un inmenso
revuelo en los medios católicos por lo peligroso de las ideas
propuestas, claramente tendentes a negar la divinidad de Cristo y
la institución divina de la Iglesia y de los sacramentos.
Inmediatamente surgieron críticas en defensa del dogma católico,
pero Loisy, en lugar de retractarse o suavizar sus posiciones, las
reafirmó con mayor nitidez en un nuevo volumen: Autour d'un petit
livre (París 1903
La
Santa Sede se vio, finalmente, obligada a intervenir, condenando
con el Decreto Lamentabili sane exitu (3 julio 1907) los graves
errores cometidos -señala en su introducción- por escritores
católicos «en gran número», que «bajo pretexto de una inteligencia
más profunda y de investigación histórica, buscan un progreso de
los dogmas que es, en realidad, su corrupción». En septiembre del
mismo año, un documento más extenso, la encíclica Pascendi,
realizaba un profundo análisis del movimiento, al que unía no sólo
la condena de errores concretos sino, lo que es más importante, de
toda una actitud: la actitud de la que había surgido la crisis
modernista.
Decreto Lamentabili
sane exitu
Condena
de los errores modernistas: el Decreto Lamentabili sane exitu.
Los
errores condenados se pueden agrupar en cuatro apartados. En
primer lugar, errores referentes a la Revelación: negación
de la inspiración divina de las S. E.; independencia de la crítica
respecto al Magisterio; negación de la verdad histórica de los
Evangelios, que narrarían sólo la experiencia religiosa de sus
autores, etc. Errores respecto a la Iglesia: negación de su
institución divina; su estructura y sus dogmas serían mudables,
como en cualquier sociedad humana; el catolismo actual no sería
conciliable con la ciencia, etc. Errores respecto a Cristo:
no resucitó propiamente, ni es cierta la concepción virginal, ni
su divinidad, a menos que se entiendancomo hechos del sentimiento
religioso, es decir, creación posterior de la conciencia
cristiana. Errores sobre los sacramentos: ayudan al alma a
sentir la presencia siempre benéfica del creador, pero no son de
institución divina sino disciplinar de la Iglesia, a veces
bastante tardía, como la confesión y el matrimonio, etc.
La encíclica Pascendi
La
condena de la actitud modernista: la Pascendi. Dos meses
después de este Decreto se publicaba la encíclica Pascendi (8
septiembre 1907) que se sitúa en otro plano, más de fondo. No
se limita a denunciar unos errores, sino que hace una síntesis
de todo el movimiento modernista, poniendo de relieve la
actitud desde la cual se había llegado o se podía llegar a
esos errores; y mostrando, por tanto, tras la diversidad de
formas y manifestaciones, su unitario sentido y destino: «por
cuantos caminos el modernismo conduce al ateísmo, y a suprimir
toda religión. El primer paso lo dio el protestantismo; el
segundo corresponde al modernismo; muy pronto hará su
aparición el ateísmo». |
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La
encíclica señala que la filosofía modernista se caracteriza por
dos rasgos esenciales: el agnosticismo, que anula todas las
pretensiones de demostración racional de la existencia de Dios y
la inmanencia vital que hace buscar todas las explicaciones de la
verdad religiosa en el sujeto y en las necesidades de la vida.
Sólo después el «hombre debe pensar su fe», con fórmulas que se
habrían ido aclarando al paso de los tiempos y que no tendrían
otro valor que el de símbolos. La noción de Dios procedería de una
cierta «intuición del corazón», de modo que todas las religiones
serían verdaderas en la medida que favorecen esa experiencia.
Esta
filosofía implica tirar al suelo todas las creencias de la
Iglesia, ya que, según los modernistas, la fe sería una percepción
de Dios en lo más íntimo del hombre en virtud de la ley de la
inmanencia. El desarrollo de esta fe, mediante el trabajo de la
inteligencia daría lugar al dogma. Así, la necesidad de «dar a la
religión un cuerpo sensible» habría creado los sacramentos; los
libros de la Sagrada Escritura serían una recopilación de
experiencias hechas por los primeros creyentes de Israel y los
primeros apóstoles del cristianismo; la Iglesia constituiría un
«fruto de la experiencia colectiva», en el que la autoridad no
tendría otra función que dar expresión y fórmula a los
sentimientos de la colectividad.
A
partir de la Pascendi el movimiento se dispersó bastante
rápidamente, porque Tyrrell murió en 1909. Loisy pasó abiertamente
al racionalismo abandonando el sacerdocio y la Iglesia, como antes
habían hecho ya Houtin, Hébert y Murri y como habría de hacer más
tarde Buonaiuti. En realidad, después de la publicación del Motu
proprio Sacrorum antistitum (1910) puede decirse que la crisis
había sido resuelta, aunque el problema que la suscitó -tensiones
entre la fe y el llamado «pensamiento moderno»- continuaría vivo
y, por tanto, susceptible de replantearse.
Bibliografía
-Gran
enciclopedia GER
-Diccionario enciclopédico Espasa.
-Libro
de religión “Kairos”4 de ESO. |