El Syllabus fue un
documento de ochenta puntos, publicado por la Santa Sede durante
el papado de Pio IX, en 1864, al mismo tiempo que la encíclica
Quanta Cura. Fue muy polémico en su tiempo porque condenó errores
“modernistas” en los que se negaba la libertad de la Iglesia.
El Papa Pío IX se enfrentó a varios
problemas durante su pontificado. Uno de ellos fue el descubrir
las nuevas doctrinas que intentaban lesionar a la Iglesia, ya sea
directamente con ataques claros contra la misma, o indirectamente
con doctrinas que intentaban crear la desunión doctrinal dentro de
la Iglesia. Uno de los fines del liberalismo era la expulsión de
Dios y de la Iglesia de la vida social.
Tanto la doctrina como la praxis del
liberalismo intentan la instauración de una sociedad oficialmente
no cristiana, fundada sobre las ideas agnósticas y relativistas de
la Ilustración, sobre el convencimiento de un continuo progreso
racional, sobre nuevos enfoques en cuanto a la función del Estado
(al cual se confiaba la educación y la asistencia social, hasta
entonces desempeñadas por la Iglesia). Todo esto no estaba
implantándose pacíficamente. La introducción del matrimonio civil,
las leyes restrictivas sobre las Congregaciones religiosas, la
supresión de los diezmos, la proclamación de la libertad de culto,
se llevaron a efecto casi siempre con un animus anticlerical. La
fórmula «La Iglesia libre en el Estado libre», nacida de un
ambiente como el del catolicismo liberal, transplantada al campo
del liberalismo se convirtió más de una vez en pretexto no sólo
para anular todo influjo cristiano sobre la sociedad, sino incluso
para impedir el libre ejercicio de las funciones sacerdotales y de
toda acción cristiana. La legislación piamontesa de los años
1850-60 había sido un claro ejemplo.
Ante tal situación la Iglesia se
remontó a estudiar los orígenes ideales del movimiento liberal
y captó sus graves límites. Todo el pontificado de Pío IX, a
partir de 1850, estuvo caracterizado por esta mentalidad. La
condena de los ochenta «principales errores del tiempo
moderno», compendiados en el Syllabus y efectuada con la
Encíclica Quanta cura en 1864, fue el episodio más notable.
Panteísmo, naturalismo, liberalismo, socialismo -que el Papa
juzgaba nacido de la misma matriz-, jurisdiccionalismo, fueron
solemnemente repudiados y se refutó la afirmación de algunos
que pensaban que la Iglesia habría podido y debido llegar a
una «componenda» con el «progreso y la cultura moderna», de la
cual el liberalismo era por entonces el portaestandarte. Con
estas medidas condenatorias, el Papa trataba de mantener
incólume la doctrina de la fe frente al agnosticismo y la
irreligiosidad propugnados por la llamada «ciencia moderna»,
negadora de Dios y cuya fragilidad el paso del tiempo se ha
encargado de demostrar. La oportunidad de la condena de la
teoría de que el Estado fuese origen y fuente de todo derecho
(art. 39), cuya justificación a nivel de principios es
innegable, se vio en seguida corroborada por los hechos, ya
que el nuevo Estado liberal utilizó tal teoría para inaugurar
un absolutismo de Estado como nunca se había conocido. |
Pío IX |
La publicación del Syllabus y de la
Quanta cura suscitó vivísima reacción en los ambientes liberales,
que la convirtieron en motivo para reforzar su lucha contra la
Iglesia. En Prusia, Bismarck, por medio de la Kulturkampf,
combatió a la Iglesia suprimiendo los jesuitas, castigando a los
predicadores, controlando las escuelas, regulando el
reclutamiento, formación y destino del clero, instituyendo un
tribunal real para las cuestiones eclesiásticas, expulsando a
todas las órdenes religiosas excepto las hospitalarias y aboliendo
la exención militar de los clérigos; fue imitado por otros
Estados: Baden, Darmstad, Sajonia, mientras Baviera aplicaba un
Kulturkampf solapado. A la muerte de Pío IX, sólo cuatro de los 12
obispos prusianos se encontraban en su puesto, todos los
seminarios y conventos se habían cerrado, cerca de mil parroquias
habían sido suprimidas y varios centenares de sacerdotes
expulsados.
También en Suiza la lucha
político-eclesiástica se exasperó con la reforma de la
Constitución de 1874 que exiliaba nuevamente a los jesuitas,
impedía la fundación de nuevos monasterios y acentuaba tanto la
autoridad del Estado sobre la Iglesia que se habló de un
Kulturkampfhelvético. Y en Francia, tras la caída de Napoleón III,
Léon Gambetta había lanzado a la Cámara el lema del momento: «Le
cléricalisme, voilá 1'ennemi», señalando a la Iglesia como enemiga
del Estado, de la República, de la Constitución e iniciando con
los ministros Ferry y Bert una profunda lucha cultural contra la
educación católica.
El
Syllabus abarca 80 proposiciones divididas en 10 capítulos. Dichas
proposiciones se resumen en 4 puntos fundamentales:
- Proposiciones de la 1
a la 18: condena los errores relativos a la fe: panteísmo,
naturalismo, racionalismo tanto absoluto como mitigado,
indiferentismo, incompatibilidad entre la fe y la razón, ...etc.
También incluye la proposición 22 que condena el no-sometimiento
de la inteligencia al magisterio de la Iglesia.
- Proposiciones de la
19 a la 55: son las relativas a la naturaleza de la Iglesia, del
Estado y las relaciones entre ambos. Se subraya la libertad de la
Iglesia, la subordinación del Estado a la moral y la existencia de
derechos naturales anteriores al Estado e independientes del
mismo. Condena la separación entre la Iglesia y el Estado.
- Proposiciones de la
56 a la 74: son las relativas a la ética. Prestan especial
atención al matrimonio, pero también a la moral laica, al
utilitarismo (tesis 58) y la separación sacramento-contrato.
- Proposiciones de la
75 a la 80: afirman que la religión católica debe ser la religión
de Estado y condenan la libertad de culto, pensamiento, imprenta y
conciencia. Destaca la tesis que afirma que el Romano pontífice no
puede conciliarse con el progreso, el liberalismo y la cultura
moderna
Bibliografía
- Gran
enciclopedia GER
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