Dpto. Religión

4º ESO

Curso 2006/07

AÑO177     /    MÁRTIRES DE LYON

Enrique Rosel

Gonzalo Sánchez

                                                                                                                

El índice del trabajo es: Documentos antiguos; la persecuciónla bibliografía.

 

Documentos antiguos

Las persecuciones a los primeros cristianos se volvieron cada vez mas violentas y las formas de ejecutar a los condenados fueron cada vez más sádicas. La forma de ejecución variaba según las clases, a los ciudadanos romanos se les cortaba la cabeza en limpio, los demás eran crucificados y quemados vivos. Más tarde se volvió una diversión para el pueblo romano, normalmente se llevaban a los condenados a muerte a los anfiteatros donde se los soltaba en grupos de entre cinco o diez a que los leones los devorasen.

Anfiteatro de Lyon

Han llegado hasta nuestros días las “Actas de los Mártires”. Son la trascripción de los procesos verbales redactados por las autoridades romanas y conservados en los archivos oficiales, que los cristianos conseguían por diversos medios.

En ningún tribunal faltaban los notarii porque recogían taquígraficamente todos los actos del proceso, señaladamente en el interrogatorio, por medio de notae o signos de abreviación. Luego se traducía a escritura vulgar, y así pasaban las piezas a los archivos judiciales. La labor de redacción de las Actas y su conservación en los archivos oficiales era obra de los magistrados romanos.

 

La persecución

Blandina, mártir

Además se conservan las cartas que los propios cristianos escribían a otras iglesias. En base a estos documentos se tiene el testimonio de lo que ocurrió en Lyon en el año 177.

De la lectura de los documentos se desprende que debió de tratarse de unos cincuenta cristianos, entre los que figuraban gente de toda clase: un obispo, un diácono, varios esclavos, gente libre...

Se interrogó a los esclavos de los cristianos y mediante amenazas les hicieron confesar que realizaban cultos en los que devoraban niños, la muchedumbre enfurecida, clamó por la ejecución de los cristianos.

Durante los interrogatorios, los cristianos negaron estas falsedades y explicaron que ellos no comían carne humana y que no celebraban reuniones nocturnas para cometer maldades, sino que en la Eucaristía comen el Cuerpo Santísimo de Cristo Jesús y se reúnen en vigilias nocturnas para rezar y meditar en la Palabra de Dios.

Como se declaraban cristianos y no renunciaban a su fe, fueron sometidos a toda clase de tormentos. Dicen que uno de los diáconos fue interrogado, y como este se negase a hablar, le fueron colocados dos planchas de bronce al rojo en el pecho y en la espalda, luego fue decapitado

Un día festivo en Lyon, fueron ejecutados, a los que eran ciudadanos romanos se les cortó la cabeza, y los restantes fueron azotados, luego se los abandonó a las fieras en el anfiteatro. Para otros, la multitud pidió la silla de hierro, que consistía en calentar una silla de metal al fuego hasta quedar enrojecida, y en ella se sentaron a dos cristianos, el olor a carne quemada se esparció por el anfiteatro. En aquella persecución, una joven esclava llamada Blandina, fue lanzada a las fieras, pero estas no quisieron tocarla. Luego fue sentada en la silla de hierro, y como aún seguía respirando se la ató y soltaron un toro furioso que la destrozó a cornadas; dicen que fue preciso que un verdugo la rematase con una espada.

El relato de una de las cartas que se ha conservado dice así:

"El último día de los espectáculos, hicieron comparecer de nuevo a Blandina y a un joven de unos quince años llamado Póntico. Todos los días lo habían traído al anfiteatro, para intimidarlo por la vista de los suplicios que hacían sufrir a los otros. Los gentiles querían forzarlos a jurar por sus ídolos. Como ellos seguían negando su pretendida divinidad, el pueblo se enfureció contra ellos; y sin ninguna compasión por la juventud del uno ni por el sexo de la otra, los hicieron pasar por todo género de tormentos, instigándoles a que jurasen. Pero su constancia fue invencible; porque Póntico, animado por su hermana, quien lo exhortaba y fortificaba frente a los paganos, sufrió generosamente todos los suplicios y entregó su espíritu.

Después de haber sufrido los azotes, de ser expuesta a las bestias, de ser quemada en la silla de hierro candente, la encerraron en una red y la presentaron a un toro, que la arrojó varias veces al aire; pero la santa mártir, ocupada en la esperanza que le daba su fe, hablaba con Jesucristo y no sentía los tormentos. Al fin degollaron esta víctima inocente; y los mismos paganos confesaron que nunca habían visto a una mujer, sufrir tanto ni con tan heroica constancia."

Blandina, mártir

El obispo Potino

Sobre el martirio del obispo de aquella pequeña comunidad de cristianos, se narra lo siguiente:

El obispo Potino, a pesar de ser un venerable anciano de 90 años fue arrastrado por las calles y llevado al tribunal. Delante del gobernador declaró que no es cierto que los cristianos sean antropófagos que comen carne humana o que celebren reuniones nocturnas para cometer maldades, sino que en la Eucaristía comen el Cuerpo Santísimo de Cristo Jesús y se reúnen en vigilias nocturnas para rezar y meditar en la Palabra de Dios. El obispo se declaró cristiano para siempre, y le fueron golpeadas las manos y los pies hasta que perdió el sentido. Lo llevaron luego a la cárcel y allá a los dos días murió.

 

 

Bibliografía

- Las persecuciones cristianas en primeroscristianos.com