Biografía
Valeriano (200-260) fue emperador romano desde 253 hasta 260.
Valeriano descendía de una familia noble y senatorial. De sus
primeros años de vida poco se sabe, salvo que casó dos veces y
tuvo dos hijos varones.
En 238
ya era princeps senatus. Decio le nombró gobernador de las
provincias renanas de Nórico y Recia. Treboniano Galo le pidió
refuerzos para sofocar la rebelión de Emiliano en 253. Valeriano
se dirigió al sur, pero llegó demasiado tarde: las mismas tropas
de Galo le habían dado muerte y se habían unido a las de Emiliano
antes de que Valeriano llegara. El Senado proclamó emperador a
Emiliano, pero Valeriano no aceptó esta designación y marchó en su
contra. Cuando ambas tropas se encontraron cerca de Spoleto, y
viendo la superioridad de las de Valeriano, las legiones de
Emiliano le dieron muerte, uniéndose al ejército de Valeriano para
salvar su vida y proclamándole emperador. El Senado reconoció este
nombramiento rápidamente, no sólo por miedo a las represalias,
sino sobre todo, por considerarle uno de los suyos.
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Moneda de la época
de Valeriano |
El
primer acto de Valeriano como emperador fue nombrar a su hijo
Galieno colega. Valeriano y Galieno encararon los problemas
del imperio entre los dos, ocupándose el hijo de Occidente y
dirigiéndose el padre a Oriente para solucionar el conflicto con
los persas.
Alrededor de 257 Valeriano recuperó Antioquía y la provincia de
Siria, pero al año siguiente los godos saquearon Asia Menor. Al
final de 259 se trasladó a Edesa, pero una epidemia diezmó sus
tropas, debilitando las posiciones romanas. Por circunstancias que
se ignoran (posiblemente fue traicionado por su prefecto
pretoriano Macrino) fue hecho prisionero por los persas, sin que
llegase a firmar la paz con Sapor. Se cree que fue cruelmente
ultrajado y posteriormente ejecutado. A pesar de varios intentos
de usurpación y con gran astucia, Galieno se aseguró el trono
hasta su asesinato en 268.
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La persecución
Tras unos breves años de respiro para los cristianos, el
emperador Valeriano lanzó una nueva persecución que, por sus
características, se asemeja mucho a la de Diocleciano. El nuevo
intento pretendía dar un golpe fuerte a la Iglesia, orientando el
ataque hacia los cimientos de la Iglesia.
● Un primer edicto, del año 257, se dirigió expresamente contra el
clero: se prohibía bajo pena de muerte cualquier acto de culto
cristiano, y se exigía de todos los obispos, presbíteros y diáconos un
sacrificio a los dioses.
● Un segundo edicto promulgado al año siguiente ordenaba la muerte de
los miembros del clero que no quisieran sacrificar, y extendía la
acción represiva a los laicos cristianos pertenecientes al estamento
superior de la sociedad: los senadores y equites cristianos eran
degradados y confiscados sus bienes; los funcionarios públicos perdías
sus cargos; y si aún entonces persistían en la fe, se les condenaba a
muerte, y a sus mujeres la pena de destierro. Se trataba en suma de
dejar acéfala a la Iglesia, por la supresión de la clase dirigente
cristiana.
Los cristianos resistieron ahora la persecución mucho mejor que en
tiempos de Decio; apenas hubo lapsi (cristianos que apostataban de la
fe) y sí en cambio, muchos mártires. En Roma murieron el Papa Sixto II
y el diácono San Lorenzo; en África, el gran obispo de Cartago San
Cipriano; en España, el obispo San Fructuoso de Tarragona, con sus
diáconos, y así, multitud de cristianos en todas las regiones del
Imperio. La persecución concluyó con la muerte de Valeriano, en el año
259. Su hijo y sucesor Galieno suspendió inmediatamente todas las
medidas contra los cristianos y mandó devolverles las iglesias y
lugares de culto que les habían expropiados. Con ello se abrió un
nuevo período de tolerancia que duró más de cuarenta años y fue muy
beneficioso para la ulterior expansión del Cristianismo.
Bibliografía
- Voz Valeriano en wikipedia.org.
- Las
persecuciones cristianas en primeroscristianos.com
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