Este trabajo trata sobre la condena de Pelágio por el Papa Inocencio
I. Comenzaremos haciendo una pequeña
introducción sobre la época que estamos tratando, más tarde
hablaremos de la vida de Inocencio I,
de la vida de Pelagio y explicaremos
que es el pelagianismo. Por último haremos
mención a la bibliografía que hemos
consultado.
Introducción
Nos encontramos en el siglo V, la Iglesia acaba de ser nombrada
la religión oficial del Imperio romano, su difusión en esta época
aumenta pero también lo hacen las herejías. En este siglo el dogma
Cristiano se consolidó gracias a hombres, sacerdotes y obispos muy
santos y sabios que supieron transmitir muy bien la fe al pueblo, a
pesar de que hubo muchas mal interpretaciones del Evangelio.
En cuanto a lo referente al Imperio Romano se encuentra en decadencia
y los bárbaros ya amenazan Roma habiendo llegado ya ha sus muros en
varias ocasiones. La decadencia no es solo en lo militar, sino también
en la economía, la disciplina, etc.; todo está patas arriba.
La
vida de Inocencio I
Inocencio I nació en Albano, cerca de Roma, a mediados del S. III y
fue Papa entre el 401 y el 417. y por su virtud y sabiduría sucedió al
Papa San Anastasio.
Al llegar los Godos a Italia, acaudillados por Alarico, todo el
pueblo se llenó de consternación. El Papa consoló a su pueblo y
con sus oraciones consiguió del Señor que se disipase toda aquella
multitud de bárbaros con la derrota de su jefe, cuando avanzaba
hacia Roma para entrarla a sangre y fuego.
Enterado San Inocencio del furor con que la emperatriz Eudoxia
perseguía a San Juan Crisóstomo, Patriarca de Constantinopla, con
valentía y fortaleza se declaró su protector, y mandó que fuese
restituido a su silla episcopal. |
Inocencio I |
Estando San Inocencio en Antioquia, Alarico sorprendió Roma,
saqueándola, y llenándola de muertos y de sangre. El Papa volvió a
Roma y lloró por la desolación de sus ovejas; pero con su vuelta las
consoló, y no perdonó diligencia alguna para que en el modo posible se
resarciesen de sus pérdidas.
Otra cosa a destacar acerca de la vida de Inoncencio es la incansable
lucha que mantuvo con el pelagianismo, cierto es, que no lo hizo solo,
pues contaba con otros muchos, entre otros a San Agustin. La autoridad
con la que combatió el Pelagianismo llevo a San Agustín pronunciar la
famosa frase: “Roma locuta, causa finita”(“cuando Roma ha hablado ,la
causa esta terminada”)
Inocencio escribió diversas epístolas (cartas) a muchos obispos de las
Galias sobre varios puntos y reglas de la disciplina eclesiástica.
Intervino en muchas cuestiones diversas especialmente en aquellas
relacionadas con las celebraciones litúrgicas.
Vida de
Pelagio
Aunque su origen no es del todo seguro, se cree que Pelagio fue un
monje de origen británico que vivió entre los siglos IV y V después de
Cristo.
Estudió teología y hablaba griego y latín con fluidez. Comenzó a ser
conocido en torno al año 400, cuando viajó a Roma. Allí escribió
algunas de sus mayores obras, como De fidi Trinitatis libri III,
Eclogarum ex divinis Scripturis liber unus y un comentario sobre las
epístolas de San Pablo.
En Roma profesó junto a sus discípulos un riguroso ascetismo, y
critico severamente el laxismo moral imperante en la ciudad culpando
de éste a la teología de la gracia divina que predicaban San Agustín y
otros monjes. Al caer la ciudad en manos de Alarico emigro al norte de
África.
Debido a la oposición a su doctrina surgida en África, sobre todo por
San Agustín, Pelagio abandonó Cartago y se instaló en Palestina, allí
fue San Jerónimo de Estridón, monje de Belén, quien más criticó la
herejía defendida por Pelagio.
Finalmente fue excomulgado por el Papa Inocencio I.
Pelagianismo
El pelagianismo es una de las herejías cristianas con más peso
en la Edad Antigua. Surgió como doctrina en el siglo V, siendo
condenado por la Iglesia Católica de forma definitiva el año 417. La
herejía fue promulgada por Pelagio.
Pelagio negaba la existencia del pecado original, falta que habría
afectado sólo a Adán. Por tanto la humanidad nacía libre de culpa y
una de las funciones del bautismo, limpiar ese pecado, quedaba así sin
sentido. Por este motivo los niños no deben ser bautizados.
San Agustín |
Además, defendía que la gracia no tenía ningún papel en la
salvación, sólo era importante obrar bien siguiendo el ejemplo de
Jesús. Afirmaba que la corrupción de la naturaleza humana no es
innata, sino que se debe a malos ejemplos y hábitos, y que la
caida de Adán no perjudica en nada al hombre. Los seres humanos
pueden llevar vidas de rectitud moral y, por esta razón, merecen
el cielo por sus propios méritos.
Pelagio afirmó que la verdadera gracia esta en los dones
naturales de los hombres, incluyendo el libre albedrío, la razón y
la conciencia. Para Pelagio, la fe y el dogma casi no importan,
porque la esencia de la religión es la acción moral.
Su creencia en la perfección moral de la humanidad derivaba del
estoicismo (el estoicismo es una doctrina filosófica fundada hacia
fines del siglo IV a d C por Zenón de Citio; defiende las virtudes
del autoconrol y el desapego de lo material como medio necesario
para alcanzar la verdadera sabiduría. El logro de esta misma es
una tarea individual por ello evita de manera tajante la
influencia que la sociedad pueda ejercer sobre uno mismo). |
Entre el 412 y 415 San Agustín escribió cuatro obras dedicadas
únicamente a discutir el Pelagianismo: De peccatorum meritis et
remissione libri III, De spiritu et litera, Definitiones Caelestii y
De natura et gratia.
Entre las ideas más fuertemente defendidas por San Agustín (y
rechazadas por los pelagianistas) están la existencia del pecado
original, la necesidad del bautismo en la infancia, la imposibilidad
de no cometer pecado si se vive al margen de Cristo y la necesidad de
la gracia de Cristo. San Agustín también elaboró la doctrina sobre la
relación de la libertad humana con la gracia divina.
Cuando Orosio (junto con San Agustín y San Jerónimo criticó la
herejía de Pelagio) regresó a África, se convocaron dos sínodos en los
que se condenó a Pelagio. Con el fin de dotarlos de validez, San
Agustín y otros cuatro obispos escribieron una carta al Papa Inocencio
I, instándole a condenar el Pelagianismo. Como decíamos antes, la
doctrina de Pelagio fue definitivamente condenada como herética en el
año 417.
Bibliografía
- Orlandis, José;
Historia de la Iglesia. La Iglesia Antigua y Medieval.
-
Voz Pelagio en wikipedia.org.
- Enciclopedia GER
- enciclopediacatólica .com
- artehistoria.com
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