Dpto. Religión

4º ESO

Curso 2006/07

AÑOS 26 - 36  / PONCIO PILATO, GOBERNADOR DE JUDEA

Mikel  Rodríguez

Juan Molinero

                                                                                                                

Esquema del trabajo: Breve historia de Poncio Pilato - Gobierno de la Provincia  - El proceso a Jesús y Bibliografía.

 

Breve historia de Poncio Pilato

Poncio Pilato desempeñó el cargo de prefecto de la provincia romana de Judea desde el año 26 d.C. hasta el 36 o comienzos del 37 d.C. Su jurisdicción se extendía también a Samaría e Idumea. No sabemos nada seguro de su vida con anterioridad a estas fechas. El título del oficio que desempeñó fue el de praefectus, como corresponde a los que ostentaron ese cargo antes del emperador Claudio y lo confirma una inscripción que apareció en Cesarea.

Los evangelios se refieren a Pilato por el título genérico de “gobernador”. Como prefecto le correspondía mantener el orden en la provincia y administrarla judicial y económicamente. Por tanto, debía estar al frente del sistema judicial (y así consta que lo hizo en el proceso de Jesús) y recabar tributos e impuestos para suplir las necesidades de la provincia y de Roma. De esta última actividad no hay pruebas directas, aunque el incidente del acueducto que narra Flavio Josefo es seguramente una consecuencia de ella.

Además, se han encontrado monedas acuñadas en Jerusalén en los años 29, 30

 

Inscripción de Poncio Pilato parecida en el teatro de Cesarea Maritima

 

Detalle de la inscripción

En el texto se pueden leer perfectamente las palabras TIBERIEVM y ...NTIVS PILATVS.

y 31, que sin duda fueron mandadas hacer por Pilato. Pero por encima de todo ha pasado a la historia por haber sido quien ordenó la ejecución de Jesús de Nazaret; irónicamente, con ello su nombre entró en el símbolo de fe cristiana: “Padeció bajo Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado…” (Catecismo de la Iglesia Católica; Compendio)

En siglos posteriores surgieron todo tipo de leyendas sobre su persona. Unas le atribuían un final espantoso en el Tiber o en Vienne (Francia), mientras que otras (sobre todo las Actas de Pilato, que en la Edad Media formaban parte del Evangelio de Nicodemo) le presentan como converso al cristianismo junto con su mujer Prócula, a quien se venera como santa en la Iglesia Ortodoxa por su defensa de Jesús (Mt 27,19). Incluso el propio Pilato se cuenta entre los santos de la iglesia etiope y copta. Pero por encima de estas tradiciones, que en su origen reflejan un intento de mitigar la culpa del gobernador romano en tiempos en que el cristianismo encontraba dificultades para abrirse paso en el imperio, la figura de Pilato que conocemos por los evangelios es la de un personaje indolente, que no quiere enfrentarse a la verdad y prefiere contentar a la muchedumbre.

Su presencia en el Credo, no obstante, es de gran importancia porque nos recuerda que la fe cristiana es una religión histórica y no un programa ético o una filosofía. La redención se obró en un lugar concreto del mundo, Palestina, en un tiempo concreto de la historia, es decir, cuando Pilato era prefecto de Judea.

Jurisdicción de Poncio Pilato

Gobierno de la Provincia

Los historiadores de aquella época Filón y Flavio Josefo, nos informan que sus relaciones con los judíos no fueron en absoluto buenas. En opinión de Josefo, los años de Pilato fueron muy turbulentos en Palestina y Filón dice que el gobernador se caracterizaba por “su venalidad, su violencia, sus robos, sus asaltos, su conducta abusiva, sus frecuentes ejecuciones de prisioneros que no habían sido juzgados, y su ferocidad sin límite” (Gayo 302). Aunque en estas apreciaciones seguramente sean un poco exageradas, la crueldad de Pilato parece fuera de duda. Así los sugiere el Evangelio de Lucas: "Estaban presentes en aquel momento unos que le contaban lo de los galileos, cuya sangre mezcló Pilato con la de sus sacrificios" (Lc. 13,1).

Josefo y Filón narran también que Pilato introdujo en Jerusalén unas insignias en honor del emperador Tiberio, que originaron un gran revuelo hasta que se las llevó a Cesarea. " ( . . .) introducir en la ciudad [de Jerusalem] las esfinges del emperador, que estaban en las insignias militares pues la ley judía [Ex 20,4-7] prohíbe tener imágenes (...). Pilatos fue el primero que, (...) durante la noche instaló las insignias en Jerusalem'' -  (Favio Josefo, Antiquitates iudaicae, XVIII, 3,1)

La colocación de las "insignias militares" en la Torre Antonia (junto al Templo) era una provocación para los judíos, porque se violaba la ley de Moisés que prohíbe la

adoración de imágenes (ya que estas eran objeto de culto religioso por parte de los solados romanos) el ‘status quo’ que el emperador Augusto había decretado de respetar las leyes religiosas judías al anexar Judea a la provincia imperial de Siria.

 Josefo narra que el pueblo ante el hecho consumado, bajó desde Jerusalén a Cesárea Marítima para pedir que las "insignias militares fuesen retiradas. Al principio Pilato se opuso, pero ante la insistencia de los judíos [que decían que preferían morir antes que admitir algo contrario a sus leyes, el procurador ordenó que de inmediato las insignias fueran transferidas de Jerusalen a Cesárea]".-  (Favio Josefo, Antiquitates iudaicae, XVIII, 3,1)

Josefo relata en otro momento que Pilato utilizó fondos sagrados para construir un acueducto. La decisión originó una revuelta que fue reducida de manera sangrienta. Los judíos protestaron y se produjeron desórdenes en la ciudad. Pilato mandó que la legión romana atacase al pueblo que se hallaba reunido para manifestar contra el acueducto. La sedición terminó cuando "(...) los judíos perecieron en gran número, unos por golpes y otros aplastados por los que huían. La multitud, atónita por la matanza, produjo un gran silencio." (Favio Josefo, Antiquitates iudaicae)

Un último episodio relatado por Josefo es la violenta represión de samaritanos en el monte Garizim hacia el año 35.

El seudoprofeta "(...) ordenó que todo el pueblo subiera con él al monte Garizim (...). [Les] Aseguraba que una vez allí les mostraría los vasos sagrados que Moisés escondió y enterró. El pueblo que dio crédito a lo que decía, tomo las armas y reuniéndose en un pueblo llamado Tiratana donde se le agregaron otros en gran número, para subir al Monte. Pero, Pilatos se anticipó y ocupó el camino con soldados de caballería y de infantería. Estos mataron a muchos, a otros pusieron en fuga, e hicieron muchos cautivos. Pilatos hizo matar a los principales (Favio Josefo, Antiquitates iudaicae, XVIII, 4,1)

 A resultas de ello, los samaritanos enviaron una legación al gobernador de Siria, L. Vitelio, quien suspendió a Pilato del cargo. Una embajada de Samaritanos "(...) se presentó ante Vitelio, gobernador [Legado] en Siria y acuso a Pilatos de las muertes, que fueron provocadas por su orden en Samaria. Entonces Vitelio ordenó a Pilatos que volviera a Roma para responder ante el César [Tiberio] de los crímenes que se lo acusaba. Así es como Pilatos, después de pasar casi diez años en Judea, se dirigió a Roma por orden de Vitelio. (Favio Josefo, Antiquitates iudaicae, XVIII, 4,1).

Pilato fue llamado a Roma para dar explicaciones, pero llegó después de la muerte de Tiberio. Según una tradición recogida por Eusebio, cayó en desgracia bajo el imperio de Calígula y acabó suicidándose.

 

El proceso a Jesús

Podemos comenzar diciendo que el proceso a Jesús fue una farsa desde todos los puntos de vista. En primer lugar porque el juez sabía que Jesús era inocente (cf. Lc 23, 20), también conocía que se lo habían entregado por envidia (Cf Mt 27, 18) y, por último, porque no le encontró culpable de nada (Cf. Jn 19, 4).

Ante la insistencia de los que acusaban a Jesús, Pilato ideó una estrategia procesal, consistente en la declaración de "incompetente" para juzgar al reo, fundándose que este habiendo nacido en Galilea y por lo tanto era súbdito de Herodes Antipas. Lo envió a Herodes y éste tampoco lo encontró culpable (Cf  Lc 23, 6-15).

En vez de ser un juez justo y soltar a Jesús una vez demostrada su inocencia, decidió contentar a los acusadores y mandó que lo azotarán de una manera salvaje, para que de esta forma desprestigiarlo y que no le siguieran pidiendo su muerte (Cf  Lc 23, 16), y lo exhibió ante la multitud judía con la intención de provocar la compasión de la turba, pero no lo consiguió, al contrario, siguieron exigiendo su crucifixión

Pilato entonces, saliéndose de todo proceso legal, intentó realizar un "cambio" y propuso un preso por otro. Es decir,

Ecce Homo (fotograma de la película de Mel Gibson)

soltar al inocente y condenar al culpable (Barrabas). Pero el juez se volvió a asustar ante los griteríos de la chusma y condenó a muerte a Jesús. Antes de dictar sentencia, realizó una "obra de teatro": se lavó las manos ante el pueblo para indicar que él no asumía la condena de un inocente (Cf. Mt 27,24).

¿Qué demostró Pilato en este juicio? Mas que nada, convendría hablar de lo que no demostró, es decir, amor a la verdad (paradójicamente, la Verdad lo tenia delante: Jesús). Tampoco demostró valentía y fortaleza, ni ser un hombre justo.

 

Bibliografía

Chapa, Juan; 50 preguntas sobre Jesús

Messori, Vittorio; ¿Padeció bajo Poncio Pilato?