El Movimiento Apostólico de Schönstatt (que significa “lugar hermoso”) nace a comienzos del siglo pasado, a partir de la labor pedagógica del padre José Kentenich en el Seminario Menor de la comunidad de los Padres Pallottinos, en Coblenza (Alemania). Gracias al padre Kentenich, muchos seminaristas asumieron un gran amor a María y aprendieron a comprenderla como puente hacia Dios. 

El padre veía necesario que los jóvenes tuvieran un lugar en el que reunirse y dar gloria a Dios, por lo que solicita al rector permiso para dar uso a la capilla dedicada a San Miguel, totalmente abandonada. El rector accedió y comenzó su restauración. Los jóvenes la inauguraron en Agosto.  

                             

 El santuario original de Coblenza.

Foto 1: fachada.   Foto 2: Altar.    Foto 3: vista aerea.

   Mientras tanto en el corazón de José Kentenich se empieza a fraguar una idea, un llamamiento de Dios sin un rumbo, todavía, fijo. Cae en sus manos un artículo sobre el santuario mariano de Pompeya (Italia), que le ilumina y hace que esa vaga inquietud tome un rumbo. Después de meditarlo largamente en oración, se reúne con un grupo de seminaristas y les explica su idea, acto seguido todo el grupo se van a la capilla de San Miguel y allí sellan una “Alianza de Amor” con la Santísima Virgen.

       Con el paso del tiempo, esa pequeña capilla se convirtió en lo que el Padre Kentenich anhelaba: un lugar de peregrinación mariana. Tanto es así que el 9 de Julio de 1947, el Papa Pío XII, concedió a todos aquellos que visitaran el santuario indulgencia plenaria según las normas de la iglesia (comulgar y confesarse una semana antes o después, y pedir por las intenciones del Santo Padre). Hoy en día, este santuario, sigue en pie y además de ser un centro de peregrinación mariana, en el están enterrados los restos de aquellos scönstattianos que ofrecieron sus vidas por la fecundidad de la Obra y vivieron ejemplarmente. Entre estas personas se encuentra José Engling (1898-1918), sacerdote beatificado que colaboró con el Padre Kentenich en la difusión de Schönstatt.  

El 18 de Noviembre del 1885 nacía en el pequeño pueblo de Gymnich, José Kentenich. En el seno de una familia católica. A muy temprana edad descubrió, el padre Kentenich, su vocación sacerdotal y en 1904 ingresaba en el noviciado de los Padres Palotinos. Era ordenado sacerdote el 8 de Julio de 1910. Nada mas ordenarse sacerdote, le encomendaron la tarea de enseñar latín y alemán en el seminario menor.  Dos años mas tarde le nombraron director espiritual del seminario menor de Gymnich. Durante esta época de director espiritual fue cuando desarrolló su carisma de paternidad sacerdotal y cuando se le abrieron las puertas para un trabajo fecundo con los jóvenes seminaristas. El 18 de Octubre de 1914 se llevaba a cabo el primer acto de fundación de Schönstatt. Unos años mas tarde se inició la obra de las Hermanas de María. El 17 de diciembre de 19933 se realizaba el envío de las primeras hermanas de María a África.

Pero como en la historia de muchos movimientos sin lucha no se consigue nada. El 20 de Septiembre de 1941, el Padre Kentenich era detenido por la policía secreta nazi y encarcelado en al prisión de Coblenza. Cuatro meses mas tarde José era llevado al campo de concentración de Dacha, donde pasó dos largos años sin dejar de llevar a cabo su labor sacerdotal, en la manera de lo posible. Además de estos años bajo los nazis, el Padre Kentenich tuvo que pasar otra prueba, quizá mas dura que la anterior. A raíz de una carta enviada por el Padre Kentenich al obispo acerca de los problemas de la Iglesia Alemana, el padre era desterrado a Milwaukee, EE.UU., el 22 de Octubre del 1951. A los 14 años exactos, el Santo Oficio anulaba los decretos que le llevaron al exilio. Durante el tiempo que el padre permaneció en los EE.UU., la Santa Sede otorgó autonomía jurídica a Shoenstatt, separándola de la sociedad Pallottina

Ciertamente el ideal de Hombre nuevo lo encontramos en San Pablo, que nos exhorta: “Despojaos, en cuanto a vuestra vida interior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias; renovad el espíritu de vuestra mente y revestios del Hombre Nuevo, creado según Dios, en justicia y santidad de la verdad.”  Schönstatt se adhiere a la visión propuesta por San Pablo y se esfuerza en encarnarla. El padre Kentenich lo definía de esta manera: “El hombre nuevo es la personalidad autónoma, de una gran interioridad, con una voluntad y disposición permanente de decisión, responsable ante su propia conciencia e interiormente libre, que se aleja tanto de una rígida esclavitud a las formas como de una arbitrariedad que no conoce normas.”  

En general, la gran mayoría de los miembros del Movimiento son cristianos “corrientes” y participan en comunidades de carácter diocesano. Este nivel amplio de pertenencia organizada, que llaman Liga Apostólica está, formada por el amplio círculo de personas e instituciones que reciben en Schönstatt impulsos para su vida y compromiso apostólico, desde las personas que se mantiene: en contacto con Schönstatt hasta las asociaciones que se han agrupado según los estados de vida y/o grupos de profesión y que cultivan iniciativas inspiradas en la Alianza de Amor. Las ramas de la Liga (ramas) ejercen su apostolado solas o en común en todos los ámbitos de la vida; sin embargo, lo hacen con preferencia en las parroquias y las diócesis su apostolado está al servicio de la Iglesia local correspondiente y se lleva a cabo en dependencia de la misma.

En cada diócesis, las ramas forman comunidades autónomamente organizadas, cada una con su respectiva dirección. Se puede formar parte de las diferentes ramas siendo miembro o co1aborador. Los miembros se comprometen a un apostolado permanente en las áreas de su vida y profesión habituales Se esfuerzan por la santidad en su vida diaria con la ayuda de los medios espirituales y pedagógicos que les ofrece Schoenstatt. De los colaboradores pide una actividad apostólica ocasional En las ramas no existe la obligación de comunidad, si bien se favorece la formación de grupos. Ejemplos de estas ramas son la Liga Apostólica de Familias, la Liga Apostólica de Madres, la Liga Apostólica de Profesionales masculina y femenina, etc.  

Hay un segundo nivel de pertenencia al movimiento que se denominan Federaciones Apostólicas y que se estructura en un territorio que, normalmente, suele ser un país. A sus miembros se les pide un mayor grado de compromiso ascético, comunitario y apostólico, con una intensificación de la formación. Siempre bajo una dirección internacional con sede en Schönstatt, forman vital y organizadamente una unidad familiar a nivel internacional. La unidad familiar se expresa en un estilo de conducción con un acentuado carácter federativo en todos los planos, que observa los principios de solidaridad, subsidiaridad y personalidad.  

Se pasa a ser miembro de las Federaciones mediante la Consagración de la Federación. En ella, la Alianza de Amor con la Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schönstatt y la vinculación libre, magnánima a la comunidad, constituyen una unidad. La Consagración de la Federación se efectúa varias veces en forma temporal y, luego, para siempre.  

El ultimo de los grupos de organización del movimiento se da en Los Institutos Seculares de Schönstatt. Los institutos son comunidades internacionales y cada una de ellas tiene una dirección central con sede en Schönstatt Los Institutos asumen, junto con las Federaciones, la responsabilidad solidaria por todo el Movimiento de Schönstatt (pars motrix) y tienen una función de garantía respecto a la autenticidad, existencia y fecundidad en el sentido de la mens fundatoris.