Los llamados asesinos eran miembros de una secta chií ismaelita extremista que se revelaron contra el dominio de Egipto. Su líder era al-Hasan ibn al-Sabbah. Pronto conquistaron una fortaleza en Irán que convirtieron en su base de operaciones, mientras que miembros de la secta se establecían en las montañas de Siria. Según sus creencias si servían a su líder sin dudar llegarían al paraíso. Fueron aniquilados por los Mongoles y los Egipcios entre el 1256 y el 1272.

← anterior