AVISO LEGAL

INICIO


SECCIONES

  - El profesor de Religión

  - Temas para el profesor

  - Evangelio

  - Catecismo

  - Temas de actualidad

  - Historia / Fe y Ciencia

  - Documentos

  - Libros

  - Enlaces


RECURSOS AULA

  - Infantil

  - Primaria

  - Secundaria

  - Bachillerato

  - Mapas bíblicos

  - Casos prácticos

  - Unidades didácticas

  - Vídeos


PROFESORES

  - Experiencias

  - Exámenes

  - Materiales


ALUMNOS


EN DEFENSA DE LA VIDA


FAMILIA


SUGERENCIAS

EL PROFESOR DE RELIGIÓN

 

Antonio Cañizares

Ex-Presidente de la Comisión de Enseñanza y Catequesis de la Conferencia Episcopal

Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

 

El profesor de Religión del tercer milenio, como siempre ha sido o debiera haber sido, ha de ser alguien que hable de Dios con palabras fuertes y verdaderas, no de oídas, no con un discurso abstracto, no con un sistema abstracto de valores y verdades. Se trata del testimonio de algo que a uno le ha sucedido en la vida, del testimonio de la redención de Jesucristo, de la que brota una vida nueva, una mirada nueva sobre la realidad. Ha de hablar de Dios viviendo, obrando y hablando de cualquier cosa, porque o Dios tiene que ver con todo o no tiene que ver con nada. Pero si no tiene que ver con nada, entonces, tampoco tiene ningún interés para el hombre.

El primer lenguaje del hombre es su propia vida. El testimonio del profesor de Religión católica, testimonio cristiano, sólo puede evitar ser un discurso vacío si se da en la vida, y al hilo de la vida; si se habla con todo lo que uno es y hace, con toda la espesura de su humanidad, que es la de los demás hombres, sus contemporáneos, y, más en concreto, la de sus alumnos. Por su fidelidad a su tarea específicamente escolar, ha de poder ofrecer a los niños y adolescentes los elementos del suelo nutricio de su cultura, profundamente conformada por creencias, costumbres, valores, ritos y modelos de vida cristianos; y ha de poder ofrecerlos, en toda su verdad y realidad, es decir, mediante una presentación creyente de los mismos. El profesor de Religión católica está obligado a una presentación objetiva y verdadera de lo que constituye la fe católica, el mensaje y acontecimiento cristiano en toda su verdad e integridad, la vida y enseñanza de la Iglesia tal como ella cree, vive y celebra. No sólo ha de hacer una presentación íntegra y fiel, sino que, para que sea en toda su verdad, ha de hacerla desde la fe y mostrando, como testigo de esa fe, la verdad de la salvación que esa fe entraña y comporta para el hombre. Sólo podrá presentar en su verdad la religión católica, por fidelidad a la escuela y a su misión, si habla desde la comunión con la Iglesia.

 

"El profesor de Religión Católica en el tercer milenio", en: "La enseñanza de la Religión, una propuesta de vida" (PPC)